domingo, 19 de febrero de 2017

La seguridad en el ciclismo


Debemos de tener en cuenta que somos peatones subidos en bicicleta,  como se dice el motorista es la carrocería de la moto nosotros tenemos de lejos mucho más peligro para nuestra integridad.
Las señales de tráfico también son para nosotros ( hay ciclistas y yo a veces también lo hago, que miramos si viene alguien y si no pasamos) pues muy bien, no pensamos que nos va la vida en ello

Ser conscientes que no controlamos ni el carácter, ni la temeridad, ni la distracción, de los conductores de vehículos, así que tenemos que circular por la derecha sin hacer extraños como zig zag o adelantar a nuestros compañeros por fuera de la raya del arcen
No competir con los coches a las salidas de los semáforos, que es lo que más nos gusta ( siempre tenemos las de perder)

Al adelantar a los vehículos por la ciudad hay que tener mil ojos con las puertas de los coches ( por si se abre una de repente)

Intentar llevar ropa vistosa, no utilizar auriculares, ni teléfonos, etc…….

Ser lo más visibles posible, y por la mañana cuando salimos que la mayoría de veces es de noche, aunque no quede estético llevar luces

Y alcohol nada de nada que si nos paran también tenemos  obligación de soplar

Y centrarnos en cuerpo y alma en conducir nuestra bici, que es para divertirnos un rato con los amigos no para jugarnos la vida.

La Bici, La tenemos que tener siempre a punto, es una parte muy importante de nuestra seguridad


Y ahora el casco que es el elemento de seguridad más importante:

En muchos lugares la normativa de tráfico obliga a todos los ciclistas a llevar consigo diferentes medidas de seguridad para protegerse ante cualquier contratiempo que pueda suponer una grave amenaza contra su salud, pero no solo por legislación sino que el sentido común debe ser algo que todos los ciclistas tengan muy presente en cuanto a la seguridad en la bicicleta.

Uno de los sistemas de seguridad más recomendables en todo momento es el casco, la mejor prevención para evitar daños graves en una zona tan sensible como es nuestra cabeza. Por ejemplo, según diferentes estudios realizados por expertos en seguridad vial han demostrado que el casco de un ciclista puede llegar a reducir en un 85% los daños en la cabeza.

Que sea incómodo no es excusa para no llevarlo consigo, además en el mercado hay infinidad de modelos diferentes que se adaptan a cualquier contorno craneal, proporcionando, además de la máxima seguridad, el máximo confort a quien lo lleve.

Un casco cuenta con una carcasa protectora acompañada de una capa de poliestireno que es la encargada de absorber el impacto, pero también a proteger de las altas temperaturas y de la humedad. 

Además hay dos formas de fabricación diferentes, una de ellas se conoce como in-mold, una forma que hace que el polilestireno se coloque directamente en la carcasa del casco, proporcionando un ajuste perfecto. Otra alternativa es la fabricación de todos los componentes del casco de forma totalmente separada y posteriormente se unen mediante colas, presión, etc., pero esta clase de cascos resultan menos seguros.

En el mercado podemos encontrar cascos de para varias disciplinas relacionadas con la bicicleta como los de montaña o los de ciclismo por ejemplo, que es el caso que nos ocupa. Es muy importante que el casco cuente con la homologación europea, algo que veremos en el interior del mismo, hay que evitar comprar un casco que no cuente con este distintivo y si es uno de marca reconocida siempre será mucho mejor gastar un poco más de dinero en la tienda de deportes que quedarse con la duda.


Además de la seguridad también encontraremos cascos con muchas ventajas, tanto aerodinámica como de diseño, comodidad, con visera, ventilación, cierre especial, etc. Para finalizar, no podemos dejar de recomendaros el uso del casco en todas las salidas, aunque sea una corta escapada
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