“Nuestras
piernas”. Cuantas veces las dejamos de lado sin darles la importancia y
los cuidados que merecen por ayudarnos en tan valiosa función: Caminar y
trasladarnos de un lado a otro. ¿Podrías imaginar cuán difícil sería nuestra vida sin ellas? ¿O si no pudieran funcionar
correctamente? ¿Te lo has llegado a imaginar? Aprendamos a valorarlas y
cuidarlas.
Un problema común en
nuestra vida son las molestias a causa de la mala circulación en nuestros
miembros inferiores. La mala circulación acarrea desde las molestas
arañitas hasta varices anti-estéticas y sobre todo dolorosas, incapacitantes y
con graves complicaciones como las trombosis.
La trombosis indica la
formación de un coágulo de sangre en el interior de un vaso sanguíneo, este
trombo o coágulo se puede convertir en émbolo si se desprende de su lugar de
origen y es arrastrado por la corriente sanguínea con peligrosas consecuencias
para la vida, incluso la muerte. ¿Qué son y por qué se
producen las varices?
Son dilataciones de las
venas a causa de que en su interior contienen sangre acumulada y estancada. En
su mayoría se presentan por causas genéticas y hormonales, con mayor frecuencia
en mujeres. Otras causas se deben a la obesidad, el embarazo, malos
hábitos de vida, entre otros, los cuales impiden una buena circulación de la
sangre ocasionando el aumento del tamaño de las venas.
¿Cuáles
son algunas medidas preventivas?
Las caminatas de al
menos 30 minutos son muy beneficiosas para la salud de las piernas. La natación y los
paseos en bicicleta también son muy recomendados para prevenir las varices. A
la hora de ir a descansar lo mejor es elevar las piernas para contribuir al
retorno venoso evitando el estancamiento de sangre.
Debemos
evitar exponer las piernas a mucho calor, ya sea tomando el sol en horarios no
adecuados o con baños de inmersión muy calientes. Podríamos optar por ropa más
holgada y cómoda, en lugar de pantalones ajustados que limitan la buena
circulación de la sangre.
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