miércoles, 24 de agosto de 2016


CÓMO CORRER DESCALZO: TÉCNICA CARRERA BAREFOOT Y FORMA
DE APRENDERLA

La técnica que todos hemos aprendido, visto en fotos, en todos los corredores a nuestro alrededor, la que nos han hecho pensar que es la correcta, implica avanzar a pequeños saltos, estirando la zancada hacia delante y aterrizando con el talón. Esto lo llevamos grabado a fuego, tras cientos y miles de km. Nuestro cuerpo se ha acostumbrado a correr así, fortaleciendo unos músculos en vez de otros y adaptándose. Esta forma de correr implica que la amortiguación de nuestro peso cayendo en cada zancada, que puede llegar a ser de 3 veces nuestro peso corporal, se realiza exclusivamente con la pierna.
La amortiguación del calzado solamente disipa el “impacto” inicial con el suelo para que no sintamos dolor, pero no lo reduce
En nuestros pies tenemos dos arcos muy visibles: El mayor es el que hay entre el talón y la “bola” de tejido adiposo bajo la articulación metatarsofalángica y la formada entre ese mismo tejido y las falanges de los dedos. Estos son los encargados de disipar y reducir el impacto.
En esta fase de aterrizaje apreciamos la primera y gran diferencia entre una técnica y otra. Corriendo descalzo el aterrizaje se realiza, en la fase inicial de contacto, justo detrás de la articulación metatarsofalángica del dedo meñique, con el tejido adiposo que forma una almohadilla.
Una vez iniciamos el apoyo en la almohadilla éste se dirige en tres sentidos simultáneamente:
hacia delante, apoyando el dedo meñique y tensando el arco del dedo
hacia el interior del pie a lo largo de la almohadilla metatarsofalángica y los dedos
hacia atrás, siguiendo la almohadilla de la parte lateral de la planta y llegando al talón.
Observamos que la forma del arco no es igual en la zona del talón que en la zona de los metatarsos, donde la base del arco es más abierto. También observamos que el radio del arco es mayor en la parte medial, bajo el metatarso del dedo gordo, que la parte lateral, bajo el dedo pequeño.
Este diseño hace que la fuerza producida por el peso , al llegar a la tensión máxima del arco, sea dirigida medialmente, rotando el pie ó pronando, en un movimiento natural y necesario. Este efecto, llamado de doble polea, es el mismo que se produce cuando saltamos desde una gran altura y al caer primero amortiguamos con las piernas para inmediatamente trasladar el peso y rodar, disipando la fuerza lateralmente.
Esas direcciones hacen que los arcos del pie se tensen simultáneamente al igual que las ballestas de un coche .Así , la dirección de las fuerzas hacia delante y hacia el interior tensan el arco de los dedos poco a poco , llevando la fuerza desde el pequeño hacia el gordo, al mismo tiempo que las fuerzas dirigidas hacia el talón y hacia el medio hacen lo mismo con el arco de la planta, desde la apertura de radio menor bajo metatarso del meñique hasta la apertura de radio mayor en la parte interna bajo el metatarso del dedo gordo.
La coordinación en este apoyo paulatino es fundamental ya que, en el momento final del apoyo, el pie debe estar totalmente estirado y apoyado, el peso repartido en su totalidad y finalizando todo el movimiento tensionando el dedo gordo. . Este dedo es mucho más grande y fuerte que los demás ya que es el que controla la tensión del arco del pie y , por tanto, controla la rotación interna o pronación. Para poder realizar esta función es fundamental que pueda abrirse y extenderse con libertad. Todo este mecanismo es asombrosamente eficaz en la disipación del impacto.

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