Los
defensores del correr descalzo (
barefoot) aseguran que este pensamiento normal está muy alejado de la
realidad ya que nuestros pies están preparados para correr sin zapatillas
(aunque están mal acostumbrados) y que nuestro tren inferior se fortalecería
muchísimo al empezar a utilizar músculos que al correr con zapatillas casi no
utilizamos.
De
igual manera, nuestras rodillas agradecerían el cambio al reducir el impacto
con el suelo que se produce al cambiar la forma de pisar.
¿Cómo iniciarse?
Está
claro que no se puede correr descalzo por muchos terrenos ya porque sean muy
rocosos o porque podemos encontrarnos cristales o todo tipo de materiales que
pueden cortarnos. Y además nuestros pies son muy débiles. Para conseguir llegar
a correr distancias importantes descalzos o con zapatillas minimalistas habrá
que ir fortaleciendo la planta del pie y nuestros músculos de una manera
gradual. Solo hay que imaginarse como serían nuestros pies si siempre
hubiéramos ido descalzos.
Si
tienes la suerte de poder correr sobre arena, hierba o sendas muy limpias
podrás empezar a correr descalzo. Pero si eres como la gran mayoría de nosotros
que solo puede salir a correr por ciudad o montaña, se hace imprescindible el
uso zapatillas Barefoot que protegen al pie pero que permiten un
movimiento totalmente natural al correr.
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