Las lentejas, el té verde, los
productos lácteos (light o bajos en calorías), las carnes magras y el arroz
integral son, por sus especiales características, alimentos que ayudan a
acelerar el metabolismo y evitan la acumulación de líquidos, si se consumen con
moderación y con regularidad.
Además, existen otros alimentos
llamados termogénicos que, al ingerirlos, desencadenan una reacción de calor en
el cuerpo y aumentan el metabolismo basal durante la digestión. Algunos de
ellos tienen compuestos como la capsaicina, la efedrina o la cafeína que
facilitan la descomposición de grasa y reducen los niveles de triglicéridos en
sangre. Así te ayudarán cada uno de ellos:
Lentejas. Una porción de lentejas
aporta el 35 por ciento de las necesidades diarias de hierro. Cuando tenemos
carencia de hierro, el metabolismo se ralentiza porque el organismo no tiene
todo el combustible que necesita para funcionar de manera eficiente. Mantener
los niveles de hierro es uno de los grandes secretos de las personas que se
mantienen delgadas.
Té verde. Tomar cuatro tazas
diarias de té verde puede ser útil para perder peso. Uno de los componentes de
esta bebida son las catequinas polifenólicas, de las cuales destaca la galato
de epigalotocatequina (EGGG) que contiene antioxidantes que aceleran
temporalmente el metabolismo en las horas posteriores de haber bebido una taza.
Productos lácteos (light). El
queso o el yogurt sin grasas son ricos en calcio y vitamina D, dos nutrientes
que ayudan a construir masa muscular y que son esenciales para mantener un
metabolismo rotundo.
Carnes magras. Las proteínas
tienen un efecto termogénico alto: se queman alrededor del 30% de sus calorías
durante la digestión.
Arroz integral. Tu cuerpo quemará
hasta dos veces más calorías si te cambias al arroz y a las harinas integrales,
especialmente aquellas que son ricas en fibra, como el arroz integral y la
avena.
El jengibre. Posee un compuesto
que se llama gingerol que actúa como antiinflamatorio natural. Al aumentar la
termogénesis, también favorece la pérdida de peso ya que optimiza la combustión
de grasa (lipolisis) y aumenta la velocidad del metabolismo.
El chile o la cayena. Por su
contenido en capsaicina aportan sensación de saciedad y favorecen la oxidación
de las grasas. Gracias a el aumento de calor que generan, pueden aumentar el
metabolismo basal hasta un 25% y este efecto puede durar hasta cuatro horas
después de haberlos ingerido.
La pimienta negra. Contiene piperina, sustancia que sirve como
bloqueante de la formación de nuevas células adiposas en el organismo y
estimula los receptores nerviosos que regulan la temperatura haciendo que
quemes más calorías.
Mostaza. Acelera el metabolismo por su efecto termogénico y hace
que se quemen los depósitos de grasa con más eficiencia. Puede acelerar el
metabolismo hasta un 50% después de su ingesta. Son más eficaces las mostazas
de color claro.
Curry y cúrcuma. Además de su poder termogénico son
antiinflamatorias y antioxidantes. Para una mejor absorción, te aconsejamos
mezclarlos con pimienta negra.
Canela. Además de su efecto termofénico, sus fitonutrientes
mantienen los niveles de la insulina en valores estables.
Café. En dosis moderadas la cafeína hace que tus músculos necesiten
más energía de la que usarían normalmente ya que aumenta el calor del cuerpo.
Además contiene paraxantina que promueve la combustión de las grasas, pero es
importante no abusar de ella porque la cafeína en exceso aumenta la secreción
de insulina que favorece un aumento del almacenamiento de grasa.
El ejercicio, tu mejor baza
Aunque esta información sobre los
alimentos que contribuyen a acelerar el metabolismo te resultará útil para
incluir algunos de estos alimentos en tus menús de forma equilibrada, recuerda
que existen tres formas de gasto energético. Uno es el que se produce en reposo
y que se refiere a la energía que se emplea en el sostenimiento de las
funciones del organismo (respiración, circulación, actividad cerebral...), otro
es el gasto energético por la actividad termogénica de los alimentos, es decir,
la energía empleada en el procesamiento de la comida. Y otro es el relacionado
con la actividad física.
Los dos primeros son los más difíciles de alterar. El
único gasto que se puede modificar de manera significativa es el relacionado
con la actividad física. Por eso los expertos recomiendan la práctica de
ejercicio como una de las mejores fórmulas para acelerar el metabolismo.
Aunque existen diferentes tipos
de ejercicio físico (cardiovascular o aeróbico, de fuerza muscular, de
elasticidad muscular), los expertos aconsejan un aumento de la actividad física
cotidiana, es decir, aquella que realizamos a lo largo del día y que no es
trabajo (utilizar la escaleras en vez del ascensor, etc.) y también planes de
ejercicio físico personalizado (caminar, nadar, etc.). Asimismo, debemos
incrementar las actividades que impliquen un mayor gasto de energía y limitar
el ocio sedentario como la televisión.
0 comentarios: