El consumo de comida chatarra y los malos hábitos
alimenticios han puesto en jaque la salud de las personas, siendo el hígado uno
de los principales órganos afectados. Y es que muchas veces se obvia que su
función es primordial para la vida. El Dr.
En los últimos años, la cantidad de chilenos que padecen de
esta enfermedad ha ido en aumento, teniendo hoy en día una prevalencia del
20%-30% en la población general, de acuerdo a la Organización Mundial de la
Salud.
El hígado graso ―o esteatosis hepática― es una patología en
la que se produce una acumulación de ácidos grasos y triglicéridos en el
hígado, provocando un estrés oxidativo, con la formación de radicales libres de
oxígeno y la síntesis de sustancias inflamatorias (citocinas) que pueden llevar
a la progresión de esta enfermedad, desde la acumulación de grasa (esteatosis)
hasta cirrosis.
Esta patología afecta por igual a hombres y mujeres, sobre
todo en las personas mayores de 45 años, y que tienen un índice de masa corporal
(IMC) mayor a 28 kg/m2. Asimismo, es frecuente en pacientes con triglicéridos
elevados y en presencia de enfermedades asociadas, como la obesidad y la
diabetes.
Cómo reconocerlo
Si se pregunta sobre si esta enfermedad aparece de un día
para otro, hay que especificar que tiene tiempos diferentes de manifestación,
dependiendo del factor que incida en su desarrollo. En este sentido, el consumo
de alcohol genera rápidamente hígado graso, a diferencia de lo que ocurre con
otros factores metabólicos, como la obesidad y diabetes.
El consumo de alcohol era considerado como la primera causa
del hígado graso y cirrosis; sin embargo, con los malos hábitos nutricionales,
las enfermedades metabólicas aumentaron, y hoy la obesidad es considerada como
la principal causa de este mal hepático.
Hay que tener en cuenta que inicialmente esta condición no
presenta síntomas, por lo que es muy importante estar informado al respecto y
reconocer los factores de riesgo mencionados para poder tener una actitud
preventiva.
El cuidado y la prevención
El tratamiento del hígado graso consiste en el manejo de la
patología metabólica que lo produce, es decir, manejar la obesidad, la
dislipidemia, la diabetes y los niveles de insulina, entre otros, además de
moderar el consumo de alcohol.
Lo anterior se logra por medio de una dieta equilibrada, rica
en vitaminas, fibras y líquido, especialmente agua, y la realización de
actividad física.
Prevención
Siendo una enfermedad asintomática, es esencial realizar
exámenes de chequeos preventivos donde se incluyan las pruebas hepáticas, de
modo que se pueda diagnosticar y corregir de manera precoz el hígado graso.
Además, sabiendo que las principales causas son metabólicas
y sobre el consumo de alcohol, hay que mantener un peso adecuado, una
alimentación balanceada, disminuyendo hidratos de carbono y grasas, y
aumentando la actividad física, ya que, al disminuir la obesidad, disminuye su
incidencia de manera importante.
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