miércoles, 16 de noviembre de 2016

Como afecta correr en el desierto a los pies





Está claro que correr por el desierto no tiene mucho que ver con correr por las superficies en las que habitualmente lo hacemos.

Las altas temperaturas y el hecho de correr sobre arena son dos de los motivos que pueden generar muchos problemas en nuestros pies.

Cuando hablamos de carreras en estos lugares, estamos hablando de largas travesías realizadas sobre un medio bastante hostil para nuestros pies como es la arena del desierto. En ocasiones la temperatura de dicha arena puede ser muy elevada, lo que significa estar exponiendo a nuestros pies a un recalentamiento continuado.

Para intentar minimizar el efecto de ese aumento de temperatura es muy importante usar el material adecuado. Zapatillas diseñadas para este fin y muy importante el uso de polainas que impidan que la arena entre dentro de la zapatilla ya que el hecho de que tengamos elementos externos que pueden generar fricción en nuestro pie y además a muy alta temperatura, facilitará la generación de ampollas y ulceraciones.

Es muy importante que la zapatilla sea medio número más del habitual ya que el calor y la gran actividad física generarán la dilatación del mismo y hemos de prever esa situación. Al igual que recomendamos siempre, no es aconsejable estrenar zapatillas para una prueba de estas características y lo ideal es haber realizado entrenamientos de intensidad con la zapatilla que vamos a usar. No recomendamos que sea más de medio número mayor ya que si el pie tiene posibilidad de moverse dentro de la zapatilla aumenta mucho la posibilidad de generar ampollas por fricción.

En función de la  técnica de carrera que usa cada corredor, es habitual que si observamos a un grupo de corredores, veamos algunos de ellos haciendo un primer apoyo con el talón, otros que lo hagan de una forma más plantígrada y algunos que apoyen su primer contacto con la zona metatarsal.

En todos esos casos se produce un desplazamiento del centro de presiones a lo largo del pie que permite hacer trabajar secuencialmente distintos grupos musculares, alternando el trabajo de los diferentes músculos.

En el caso de correr sobre la arena tenemos que evitar en la medida de lo posible que el pie se hunda sobre la misma, ya que en ese caso se producirá una gran pérdida de energía en cada paso y además exponemos durante más tiempo todo nuestro pie sobre una superficie a gran temperatura, facilitando el calentamiento.

Para intentar evitar este efecto es mejor evitar un choque brusco de talón contra el suelo (ya que dicho gesto favorece que el pie se “hunda” en la arena y tendremos que realizar un mayor esfuerzo para despegar en cada pisada). Un apoyo medio del pie sería lo más aconsejable ya que mantener un apoyo adelantado del pie durante distancias tan largas es un privilegio sólo al alcance de muy pocos corredores.


Respecto a la biomecánica de la pisada está claro que puede haber una gran diferencia de correr en la arena del desierto  a hacerlo sobre una superficie mucho más estable.
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