viernes, 28 de octubre de 2016

La bóveda plantar. La amortiguación al correr




La bóveda plantar es una obra de arquitectura que asocia con armonía todos los elementos osteoarticulares, ligamentosos y musculares del pie.

Gracias a sus modificaciones de curva y a su elasticidad, la bóveda plantar es capaz de adaptarse a cualquier irregularidad del terreno y transmitir al suelo las fuerzas y el peso del cuerpo en las mejores condiciones mecánicas.

Desempeña papel de amortiguador indispensable para flexibilidad en la marcha. La bóveda plantar está sujeta por TRES ARCOS:

El Arco longitudinal Interno (ALI) va desde la tuberosidad del calcáneo hasta la 1° cabeza metatarsiana.

Está formado por cinco piezas óseas: Primer metatarsiano, Primera cuña, Escafoides, Astrágalo y Calcáneo.

Los músculos que actúan como tensores del arco son: Tibial posterior, Peroneo lateral largo, Flexor propio del Hallux y Aductor del Hallux.

Se lo conoce también como arco medial

*El Arco longitudinal externo (ALE) va desde la tuberosidad del calcáneo hasta la 5° cabeza metatarsiana.

Lo incluyen tres piezas óseas: Quinto metatarsiano, Cuboides y Calcáneo

Los músculos que actúan como tensores de este arco son: Peroneo lateral corto, Peroneo lateral largo y Abductor del Hallux.

Se lo conoce también como arco lateral

*El Arco anterior o transverso va desde la 1° cabeza metatarsiana hasta la 5° cabeza metatarsiana. Pasa a su vez por las cabezas de los otros metatarsianos.

Los músculos que sostienen el arco son: Abductor del hallux (en dirección transversal), Peroneo lateral largo ( en dinámica) y Tibial posterior (en estática).

Una alteración en alguno de los arcos puede ocasionarle al corredor diferentes patologías entre las que podemos mencionar las talalgias, fascitis plantar, metatarsalgias, inestabilidad o rigidez de tobillo. Patologías que desarrollaremos en otras entregas.
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