domingo, 30 de octubre de 2016

Correr en la playa: consejos, beneficios e inconvenientes





Cuando vas a la playa lo más usual es que corras descalzo por la arena aprovechando los múltiples beneficios que esta actividad tiene como: mejorar la circulación sanguínea, liberar el estrés, tonificar los músculos. La única precaución que debes tener es la de seguir estas recomendaciones para evitar lesiones y sobrecargas que conlleva correr en superficies irregulares.

Lo primero que debes tener en cuenta es que correr por la playa ya sea por la arena, la orilla o el agua, puede llegar a ser un entrenamiento muy exigente a nivel muscular y, por eso la duración del entrenamiento debe ser inferior a la de una sesión de running normal y no más de un par de veces por semana. Es recomendable evitar los trotes continuados y apostar por intervalos cortos e intensos tipo Hiit. Además, es importante que te acostumbres poco a poco al terreno para no sobrecargar la musculatura de tus pies y piernas y sufrir el riesgo de caer en lesiones del tipo tendinitis, dolor en el arco del pie o esguinces de tobillo. Para que no te lesiones debes tomar estas precauciones como cambiar de sentido cada poco tiempo para que la inestabilidad de la arena no haga que carguemos más una pierna que la otra o utilizar unas zapatillas con una suela más fina que la que se utiliza para correr en el asfalto.

Aumenta tu fuerza: la resistencia que te ofrece la arena al desplazamiento hace que sea un medio muy válido para aumentar el trabajo de fuerza en desplazamientos explosivos y cortos para miembros inferiores. Realizar multisaltos en la arena nos proporcionará un trabajo completo de miembros inferiores, especialmente muslos y glúteos con un alto grado de trabajo muscular y bajo impacto articular.

Trabaja tus pies: aprovecha para dedicar tiempo a ejercicios preventivos para tus pies. Tenemos muchos músculos en nuestros pies, tanto en las plantas como en la pantorrilla, que hay que trabajar adecuadamente. Por ejemplo, ejercicios como caminar en puntillas logran rebajar el riesgo de muchas lesiones; al mismo tiempo que ganas fuerza.

Mejora tu propiocepción: la arena es un medio idóneo para el trabajo del equilibrio y la estabilidad. Ejercicios como equilibrios a una pierna sobre la arena te garantizarán la activación de músculos estabilizadores de la cadera como el glúteo medio.

Trabaja tu abdomen: el trabajo de desplazamientos explosivos citado anteriormente en una situación de inestabilidad que nos proporciona la arena, provocará niveles altos de activación en la musculatura abdominal.

Mejora tu técnica de carrera y tu capacidad aeróbica: correr por la orilla, donde la arena es húmeda y más compacta, te permitirá mantener tu resistencia aeróbica. También mejorará tu técnica de carrera gracias a la mayor participación del apoyo del antepie; lo que de paso, reforzará la planta del pie y fortalecerá los gemelos.

 Correr por el agua, hasta media pierna, puede llegar a ser un entrenamiento estupendo para trabajar el tren inferior. Lo recomendable mientras corres es combinar tu entrenamiento con ejercicios de desplazamientos cortos e intensos. Por ejemplo realiza intervalos de resistencia de alta intensidad dentro del agua y salir a la arena de la orilla para realizar la fase de intervalos de recuperación.
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