Imagina por un momento un saltador de longitud,
al realizar el salto su cuerpo ser ve sometido a fuerzas muy potentes, de hasta
una tonelada en un salto de 6 metros. De hecho, los huesos de la base del pie
deberían estallar y los tendones tendrían que romperse, pero esto no ocurre y
el atleta aterriza de forma segura.
En una maratón, la carga acumulada llega a ser de
2.500 toneladas por pie. ¿Cómo es posible resistir eso? El secreto está en la inteligente construcción de los pies
El retropié nos da estabilidad, el mediopié la movilidad, el antepié permite la elevación del talón y toda la
planta del pie la amortiguación. ( ver esqueleto del pie aquí )
Cuatro grupos musculares garantizan las acciones conjuntas en el pie
para que podamos caminar:
La fuerte musculatura posterior de la pierna proporciona
el impulso necesario para frenar y para el despegue del pie.
Los cortos músculos de la planta del pie soportan
la bóveda plantar, estos músculos pueden estar sobre estirados (pie plano) o
acortados (pie cavo)
Los músculos del antepié tensan la
bóveda y la convierten en un eficiente amortiguador y proporciona el impulso
necesario durante el despegue del pie
En la
planta del pie, debajo del talón,
hay una gruesa capa de tejido graso que está subdividida en
cámaras individuales por unos tabiques de separación dispuestos en espiral.
Estos tabiques evitan que el tejido graso se desplace al verse sometido a
cargas demasiado fuertes, pero debemos tener en cuenta que, cuando las cargas
incorrectas son crónicas, este dispositivo amortiguador deja de hacer su
función
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