Estas ventajas de correr descalzo te harán odiar a las zapatillas deportivas
Nuestras extremidades inferiores llevan siglos protegidas por zapatillas, zapatos y todo tipo de soportes que nos evitan heridas, rozaduras, infecciones… Al menos en la teoría porque, en la práctica, estos valientes corredores afirman que no sufren ese tipo de problemas cuando salen a hacer su deporte favorito sin nada en los pies o, como mucho, unas zapatillas minimalistas.
De este modo, el pie experimenta el movimiento natural para el cual fue 'diseñado' y evitan cualquier tipo de amortiguación artificial que modifica la pisada y provoca lesiones del 'sistema moderno' en el que estamos acostumbrados a vivir.
¿Puedo empezar a correr descalzo mañana mismo?
No. O, al menos, no deberías si quieres mantener tus pies a salvo de ampollas, rozaduras y heridas varias. Para llegar a correr descalzo debes haber entrenado por lo menos durante un periodo de dos años.
Al principio puedes hacerlo con zapatillas minimalistas, fabricadas con goma o silicona y que irán adaptando lo que sientes al pisar con el movimiento que has de hacer y después, poco a poco, sin ningún tipo de apoyo pero en distancias cortas. ¿O caso crees que Bikila no entrenó así antes de correr en los Juegos Olímpicos descalzo?
Una vez tengas el entrenamiento hecho, salir a correr descalzo te puede aportar una serie de ventajas con respecto a otros corredores:
1.- Darás zancadas más cortas debido a la modificación natural de la pisada y, por eso, se reducirá tu riesgo de lesiones, ya que el impacto recae sobre la parte media del pie y no sobre el talón, como lo haría con las zapatillas.
2.- Bajarás el centro de gravedad a la hora de correr. Esto significará a la larga que reducirás la carga de impacto en el cuerpo y, por tanto, tendrás menos posibilidades de lesionarte o de sobrecargar músculos y articulaciones.
3.- Activarás conexiones neuronales desconocidas por ti hasta ahora. Correr con zapatillas deportivas es, para nuestro cerebro, como tocar la pantalla táctil de un móvil con unos guantes. No sabría muy bien lo que está tocando, porque no lo percibe de forma directa. Por eso, las señales que percibe nuestro cerebro son mucho más intensas si corremos descalzos.
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