Se acerca aceleradamente el verano en Iquique y es una buena
temporada para iniciar buenas y saludables costumbres, esta ciudad es ideal
para incursionar en el minimalismo y que mejor hacerlo en las playas del litoral
de Tarapacá. Acá te entregamos unos consejos para aventurarte en este estilo
de vida.
Si alguna vez te has planteado dar el salto al minimalismo o
barefoot, yo te aconsejo hacerlo en verano. ¿Por qué? En verano dejamos más de
lado el calzado tan amortiguado y nos acercamos más al minimalismo al utilizar
calzado como las chanclas o incluso andar descalzo por casa, en la piscina o
playa.
Digamos que el barefoot no es un capricho en la forma de
correr o algo que esté de moda y podamos hacer de un día para otro. Se trata
más de un cambio importante en la forma que tenemos de andar y correr. Por eso
no hay que tomárselo a la ligera y debemos ser constantes y tener paciencia a
la hora de dar el salto al minimalismo.
Consejos para dar el salto al minimalismo
Uno no se pasa al barefoot o minimalismo de un día para
otro. La transición al minimalismo puede durar meses. Es más, "debe"
durar meses y hacerse de forma continua y progresiva para hacerla
correctamente, adaptando músculos, huesos, tendones y ligamentos.
Comienza andando, no empieces corriendo. Ya hemos comentado
algunas veces como pasar de correr amortiguado a hacerlo descalzo o con calzado
minimalista puede hacer que nos lesionemos fácilmente, sobre todo si queremos
seguir tal cual con nuestros ritmos de entrenamientos. Al principio, el
minimalismo es un complemento al entrenamiento, no un sustituto.
El ejercicio más parecido a correr pero con menos impacto es
andar. Comienza andando descalzo o con calzado minimalista durante 10-15
minutos al día. Haz también ejercicios de fortalecimiento de dedos como puede
ser subir escaleras.
A partir de ahí, podemos ir subiendo 2-5 minutos más al día cada
semana y a partir del primer mes, ir metiendo 2-3 minutos de carrera suave.
Para seguir progresando 2-5 minutos más de carrera al día cada semana.
Trabajar la fuerza de los gemelos y la elasticidad de éstos
y del tendón de Aquiles nos puede salvar de alguna lesión y puede acelerar el
proceso de adaptación. Ten en cuenta que el exceso de amortiguación en las
zapatillas tradicionales ha hecho que el gemelo pierda fuerza y se acorte,
perdiendo elasticidad, algo que iremos notando en la fase de transición.
Las sensaciones que tengamos van a ser muy importantes. En
el momento en el que notemos cualquier molestia debemos parar y descansar, al
menos un par de días. Y, aunque notes que podrías hacer más en un
entrenamiento, no te confíes y sigue la progresión sin saltarte etapas.
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